Quito, 5 de junio de 2023

Dos pacientes de 16 años, con antecedentes de enfermedad renal crónica, fueron intervenidos y trasplantados exitosamente con el apoyo de profesionales del Hospital Pediátrico Baca Ortiz (HPBO) en Quito.

Tanto Juan (con diálisis peritoneal desde hace 5 años) y Silvia (que ingresó a hemodiálisis a través de su fístula arteria venosa hace 3 años) padecían estas enfermedades desde muy corta edad.

Durante su estancia en el área de diálisis del hospital tuvieron varias complicaciones, por lo que sus intervenciones eran urgentes. Ellos cumplían con todos los parámetros para ser beneficiarios de la donación de órganos de un paciente, el cual confirmó la voluntad de donación tras ser ingresado.

El trabajo previo realizado por el servicio de emergencia del HPBO fue clave para que el proceso trasplantológico se cumpla en los tiempos adecuados. De inmediato, se activó una logística en todo el establecimiento de salud, que abarcó  el acompañamiento a los padres del donador como a los pacientes receptores.

Posteriormente, se realizó el operativo de procuración y la ablación de órganos dentro de la casa asistencial, que disminuyó el tiempo de isquemia fría a menos de tres horas. Es decir, este procedimiento baja considerablemente las posibilidades de complicaciones durante y post trasplante renal.

Más de 80 profesionales de la salud, entre especialistas de emergencia, anestesiología, cuidados intensivos, diálisis, nefrología, urología, cirugía, quirófano, imagen, laboratorio clínico, farmacéuticos, auxiliares, enfermería, personal administrativo, de seguridad y limpieza, permitieron ejecutar el trasplante renal en dos quirófanos continuos; cada uno con su equipo y dispositivos médicos.

En total tres equipos quirúrgicos y de anestesia (uno de ablación y dos de implante) y dos equipos clínicos para el manejo pre y post trasplante intervinieron en coordinación de autoridades hospitalarias y del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (INDOT).

Se continúa con el cuidado del injerto renal a corto y largo plazo. Así como la asesoría y educación farmacológica, nutricional, de enfermería, psicológica entre otras a los familiares y pacientes para mejorar la tasa de adherencia postrasplante y mejorar aún más la sobrevida del paciente.

A la fecha, los pacientes acuden semanalmente al control médico por consulta externa para dar un seguimiento estricto del funcionamiento renal.