El consumo de tabaco puede causar cáncer y debilita al organismo para combatir esta enfermedad.

El sistema inmunológico, el cual defiende a tu organismo, se ve debilitado por las sustancias tóxicas que consumes al fumar. Esto dificulta acabar con las células cancerígenas que se desarrollaron en el organismo, permitiéndolas multiplicarse constantemente y sin medida.

Finalmente, el fumar puede afectar a casi todas las células del cuerpo, causando cáncer de sangre (leucemia mielogena aguda), vejiga, cuello uterino, colon y recto, esófago, riñones y uréteres, laringe, hígado, pulmones, boca, nariz y garganta, páncreas, estomago, tráquea,  entre otros.

Cáncer bucal.-

La mayoría de las personas que tienen cáncer en la boca (cáncer oral) y cáncer en la parte posterior del paladar (cáncer orofaringeo) consumen tabaco.

La cantidad de tabaco y el tiempo de consumo (fumado o masticado) determinan el riesgo de desarrollar cáncer oral y orofaringeo.

El fumar pipa se relaciona ampliamente con el cáncer a los labios, ya que estos se ubican en la boquilla de la pipa.

Cáncer de próstata.-

El tabaco incrementa un 43% el riesgo de defunción por cáncer de próstata.

Mientras el tiempo de consumo aumente, el riesgo de morir con cáncer de próstata es mayor. En este sentido, el dejar de consumir tabaco disminuye el riesgo.

Cáncer de esófago.-

Quien fuma diariamente una o más cajetillas de cigarrillo, tiene el doble de probabilidad de tener cáncer de esófago.