Mujeres en la salud: conocimiento y liderazgo

Quito, 08 de marzo de 2022

En el Ministerio de Salud Pública (MSP) hay 84.705 servidores públicos, entre administrativos y personal sanitario. De ellos, 54.637 son mujeres. Representa el 64,50%, por lo que se cuenta con un número importante de ellas en esta cartera que vela por el bienestar de los pobladores.

De igual manera, de los 268 cargos jerárquicos existentes en el MSP, 124 están dirigidos por una mujer. Constituye cerca del 50% del total mencionado. En esos cargos están asesoras, directoras, coordinadoras, gerentes, secretarias técnicas y subsecretarias.

A esto se suma que esta institución es liderada por Ximena Garzón. Ella dirige la cartera de Estado desde el 25 de mayo de 2021 y con su visión ha convertido al Ecuador en un referente internacional. Uno de sus logros es la implementación del Plan Fénix, cuyo objetivo es el control de la pandemia de la COVID-19, por medio de acciones concretas, como la vacunación.

Para lograrlo se ha rodeado de profesionales valiosos que con su trabajo han fortalecido la salud pública del país. Este 8 de marzo hacemos un reconocimiento a las mujeres que se han destacado con su labor constante; cobijadas por el compromiso de sacar adelante al país.

 

El recorrido de tres mujeres en salud

Ximena Garzón

Ministra de Salud Pública

“Hombres y mujeres somos seres humanos con diferencias, pero capacidades iguales”

Durante su formación como médica, Ximena Garzón, ministra de Salud Pública, se enfrentó a dos tipos de docentes. Unos alentaban a las futuras profesionales de la salud para que concluyan sus carreras. Otros se convertían en obstáculos. “Muchas internas de carreras de la salud cuentan historias de discriminación y machismo. Sin embargo, cuando fui coordinadora docente en un hospital de Quito les dije que si sentían acoso me comenten para tomar acciones”.

Afortunadamente, no hubo casos y las chicas pudieron cumplir su ciclo académico y profesional sin inconvenientes. Esto le llenó de alegría, ya que entendió que el machismo empezó a desmoronarse; por ende, la sociedad está evolucionando.

Ella, por ejemplo, creció en una familia sin roles de género. Su padre y su madre le enseñaron a ser independiente. Incluso, recuerda que su progenitor le animó a seguir medicina, pese a comentarios que le persuadían a optar por otra profesión: “una más suave y que sea permitida por su esposo”.

En quinto año de medicina, la titular del ramo, quien es oriunda de Quito, conoció a su marido, quien también creció en una familia libre de estereotipos. Él ha sido su compañero y han trabajado en equipo para criar a su hijo, de 26 años. “Cuando mi hijo nació, decidí tomarme un tiempo para estar con él. Trabajé en una fundación y en un hotel. Me interesaba que sea un ser humano responsable y feliz. Cuando sentí que estaba encaminado, retomé mis estudios”.

Toda la familia viajó a Estados Unidos. Allí realizó sus estudios como PhD en Salud Pública con énfasis en Salud Ocupacional y un posdoctorado en Investigación de Salud Ocupacional y Epidemiología Ocupacional, en la University of South Florida (USF). «Mi esposo fue un apoyo. Somos profesionales, tenemos obligaciones relacionadas a nuestras ocupaciones y compartimos las tareas del hogar. Trabajamos en equipo».

Con este pensamiento creció su hijo. Ahora es un joven independiente. “Tiene su pareja y entre los dos se apoyan. Considero que aprendió con el ejemplo”.

¿Cómo ha sido acceder a un puesto de liderazgo y responsabilidad? La ministra asegura que ha trabajado con ahínco para cumplir este reto. La clave ha sido no sentirse diferente a los hombres. Semanas atrás, participó de la reunión entre los ministros de los gobiernos de Ecuador y China. Luego de la cita se tomaron la foto oficial y ella era la única ministra.

“Una persona me mandó la foto y resaltó el hecho de que era la única entre 15 hombres. Sin embargo, no tomé en cuenta esa situación, ya que hombres y mujeres somos seres humanos con diferencias, pero capacidades iguales. No soy diferente por ser mujer”.

El trabajo en equipo, el liderazgo y la constancia son partes fundamentales para ella, por lo que los pone en práctica a toda hora. Cada mañana, por ejemplo, se levanta a las 05:00 para entrenar una de sus pasiones: el atletismo. Es un ejemplo de que las personas pueden realizar varias actividades; solo se requiere organización.

 “Creo que las mujeres hemos sido muy valientes y hemos accedido a varios espacios. Por ello, conmemoramos este día (8 de marzo) en el cual un grupo de ellas dio su vida para alcanzar nuestros derechos… Tenemos que confiar en nuestras capacidades y no dejarnos vencer”.

A futuro, la profesional de la salud optará por la investigación, con el objetivo de mejorar la salud pública. “Muchas áreas de la salud no han sido visibilizadas, por lo que es importante investigar en epidemiología, estadística. Me veo haciendo ciencia”.

 

Gulnara Borja

Directora del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI)

“No somos súper mujeres…Tenemos que buscar un equilibrio y entender que no podemos sostener el mundo en nuestras manos”

La vida de Gulnara Borja está llena de satisfacciones profesionales. Ella es médica, doctora en patología, docente universitaria y cuenta con dos posdoctorados. Desde mayo de 2021, asumió el reto de liderar el trabajo en el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI). Sin embargo -reconoce- le faltó tiempo para desarrollar su vida familiar y personal.

A inicios de su carrera, Borja, de 63 años, viajó a Brasil para seguir su formación. Fue beneficiaria de ocho becas para estudios de especialización, maestría, doctorado, posdoctorado y Desarrollo Tecnológico Industrial, por Agencias de Fomento a la Investigación como CNPq, CAPES y FAPERJ del Brasil.

Su primera idea fue perfeccionar sus conocimientos en salud, durante seis meses. Sin embargo, se quedó más años en ese país latinoamericano. “En los primeros meses de estadía, traje a mi esposo e hijos; nos quedamos 27 años”.

Durante ese tiempo, logró terminar sus estudios en salud. Participó en el desarrollo de la primera vacuna contra la leishmaniasis -enfermedad parasitaria que afecta al hígado, la piel y otros-. “Soy vacunóloga. Me encargo del desarrollo de dosis contra enfermedades, como la leishmaniasis. Mi objetivo es mejorar la calidad de vida de la población”.

Luego, se dedicó a la vida docente y de investigación. Inmunología, patología, parasitología y epidemiología eran parte de las cátedras que impartía en una universidad de Brasil y, posteriormente, en Ecuador. Ha participado en 45 publicaciones científicas del país y de la región, en revistas indexadas. “Todo lo que quise en mi vida profesional, lo logré. Me puse metas y las cumplí”.

Incluso, una de sus metas fue potenciar las capacidades del INSPI. Su objetivo es mejorar la respuesta de la entidad en caso de enfermedades, como la COVID-19. Pondrá énfasis en la vacunación contra esta enfermedad y la investigación.

Pese a este gran recorrido, Borja considera que pudo haber hecho más, en especial, con su familia. Ellos le apoyaron en todo. “Me faltó tiempo con mis seres queridos; más con mi hijo, de 26 años, quien falleció hace 13 años”. Incluso, considera que le falta ser más abuela. “No soy la típica abuela ‘chocha’; al contrario, soy la abuela que trabaja o está en reuniones”.

Además, considera que le faltó más tiempo para cuidarse. “Debí cuidar mejor mi salud. Soy hipertensa y diabética. De pronto no debí hacer dos posdoctorados, pero esas son las metas que me puse y no me siento triste. Me siento realizada”.

¿Fue difícil combinar su tiempo? Sí, responde la oriunda de Riobamba. “No somos súper mujeres. No podemos tener la vida ideal: buenas profesionales, madres, esposas, etc. Tenemos que buscar un equilibrio y entender que no podemos sostener el mundo en nuestras manos”.

A futuro, Gulnara Borja espera seguir en sus labores como médica e investigadora. Estas actividades son el motor de su vida y es parte de su esencia. “Las mujeres debemos amar lo que somos y tomar nuestras decisiones, es decir, valorarnos si somos madres, profesionales o lo que deseemos”.

 

Katherine Simbaña Rivera

Directora Nacional de Inteligencia en Salud

“Mi rol de mujer profesional lo vivo día a día demostrando mis capacidades y habilidades”

Katherine Simbaña Rivera resalta una frase de la física y química polaca, Marie Curie: “Nada en la vida debe ser temido sino entendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos”.

Con esta premisa, la médica, biomédica e investigadora reflexiona sobre la búsqueda del conocimiento y la urgencia de deslindarse de los temores propios y adquiridos. “Si derribamos las barreras y trabajamos con dedicación y perseverancia podremos convertirnos en la mejor versión de nosotras mismas”. 

Simbaña tiene 29 años y es la segunda hija de madre cuencana y padre otavaleño. Ambos son artesanos y se radicaron en Quito hace 37 años para emprender un negocio textil. Sin embargo, ella optó por la Biomedicina Molecular con una sub especialidad en Investigación y Traslación en Cáncer. Se graduó en la Universidad de Barcelona – España.

En primera instancia escogió la medicina por el lado humano que simboliza la atención en salud. Con el paso de los años empezó a vincularse con la investigación médica -un mundo fascinante como lo describe-.

Como toda mujer profesional, a lo largo de su carrera encontró personas que trataron de desmotivarla, por hacer o proponer algo “no habitual” para una estudiante mujer. “Sentí falta de apoyo institucional y esto me obligó a buscar otras oportunidades. Encontré personas que no solo me acompañaron en ese momento, sino que lo siguen haciendo hasta hoy”.

Katherine se desempeña como directora nacional de Inteligencia en Salud del MSP. Es investigadora en One Health Research Group de la Facultad de Medicina por la Universidad de Las Américas; y es miembro de Latin American Network for Cancer Research (LAN–CANCER).

A su corta edad tiene 33 publicaciones sobre investigación médica, salud pública y epidemiología. Ha editado dos libros, uno sobre mercado farmacéutico ecuatoriano y otro sobre COVID-19. Estos artículos científicos pueden ser encontrados en: https://www.researchgate.net/profile/Katherine-Simbana-Rivera

Gracias a sus publicaciones a nivel internacional en revistas de alto impacto, Simbaña ha sido acreditada y categorizada como investigadora agregada nivel 3 por la Senescyt. También trabaja en proyectos compartidos en los que participan varias instituciones, universidades, académicos e investigadores.

Desde su cargo actual, su principal meta a corto plazo es fortalecer la investigación a escala nacional. Con la pandemia el mundo ha comprendido que la investigación médica es la clave para la continuidad de la sociedad.

“La investigación e innovación crecen de manera exponencial, y estoy convencida que un país como el nuestro y con las mujeres profesionales brillantes que tenemos, podemos alcanzar ese nivel de competitividad de otros países de la región”.

Katherine es una mujer segura, centrada y decidida, virtudes que la caracterizan a simple vista y que le han brindado la oportunidad de cumplir dos roles importantes en su vida. “Desde mi rol como hija, he tratado estos últimos años de fomentar espacios de convivencia con mi familia, invitándolos a comer, cocinando para ellos, saliendo de paseo o con esos juegos de mesa que nos encanta. Mi rol de mujer profesional lo vivo día a día demostrando mis capacidades y habilidades. Intentando disminuir la brecha de género que aún existe en nuestro medio”, concluye.

 

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