Quito alcanzó la meta de cero casos de lepra

Quito, 29 de enero de 2024

A mediados de marzo, César Cabrera podrá cosechar los aguacates que ha cuidado desde hace meses. Además, en el pequeño huerto ubicado al final del área Hansen o lepra que forma parte del centro de salud La Vicentina, en el centro norte de Quito, tiene sembrado fréjol y limones.

Desde hace más de 40 años, César vive en una de las pequeñas casas dispuestas para las personas que como él sufrieron de lepra. Allí ha podido investigar sobre la enfermedad que le arrebató las dos piernas y le ha permitido escribir varios libros buscando que la gente se informe y conozca su realidad.  

El área está conformada por 20 viviendas que tienen una sala, dos dormitorios, una cocina y un pequeño jardín. Actualmente, solo 10 están habitadas. Los pacientes ya no tienen lepra, pero debido a las secuelas de la enfermedad, se quedaron en el lugar para seguir con sus cuidados y tratamientos.

“La mayor parte de pacientes que se encuentran en este sector presentan comorbilidades a las cuales les damos un seguimiento de especialidad y personalizado. Brindamos una atención médica integral trabajando con hospitales como el de Especialidades Eugenio Espejo, Pablo Arturo Suárez, de Atención Integral del Adulto Mayor y General Enrique Garcés”, explica Alex Cabrera, médico a cargo del área.

La lepra es una enfermedad curable y si se trata en las primeras fases se puede evitar secuelas, como deformidades, mutilaciones, discapacidad e incluso ceguera. El paciente puede presentar síntomas iniciales, entre ellos, manchas claras u oscuras, nódulos o lesiones en la piel, pérdida de sensibilidad en la zona afectada, debilidad muscular y sensación de hormigueo en manos y pies.

En algunos casos, los síntomas pueden aparecer a los nueve meses después de haber adquirido la infección y en otros casos pueden tardar hasta 20 años. La lepra no es altamente infecciosa y se transmite a través del contacto cercano y frecuente con personas infectadas no tratadas.

Magdalena Estrada, es otra de las residentes del lugar. Ligeras manchas en las piernas son la huella de su dolencia. Su movilidad, contrario a la mayoría, es prácticamente normal. Por ello, puede labrar la tierra y acercarse en algo a lo que fue su residencia en la población de Bilován, en la provincia de Bolívar.

A diario reciben la visita de grupos de estudiantes universitarios que les organizan actividades lúdicas como juegos de mesa y de movilidad y actualizan la información para poder mantener la atención oportuna de cada caso.

Ecuador es parte de la Estrategia mundial contra la lepra (enfermedad de Hansen) 2021-2030 ‘Hacia cero lepra’. El objetivo actual del Ministerio de Salud Pública (MSP) es terminar con el estigma que pesa sobre la lepra que sigue siendo un problema. “Desde la erradicación en Ecuador de los leprocomios, la comunidad se ha sensibilizado sobre la enfermedad y la forma de contagio”, dice Lorena Vaca, dermatóloga del Hospital General Docente de Calderón (HGDC).

En la Coordinación Zonal 9-Salud que cubre el Distrito Metropolitano de Quito no se registran nuevos casos de lepra. Los pacientes reciben tratamiento y medicamentos de manera gratuita. Además, se les realizan valoraciones clínicas, exámenes de laboratorio correspondientes y acompañamiento.

El MSP realiza permanentemente búsquedas activas de personas que padezcan esta enfermedad, con el objetivo de realizar una evaluación integral de su salud, administrar el tratamiento correcto y a tiempo. Curar la enfermedad evita consecuencias que afectan a las personas y sus familias.

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